¿Cuánto tiempo dura realmente el amor? Es una interrogante que, en algún momento, todos nos hemos planteado. Solemos mirar con nostalgia los primeros años de un vínculo amoroso, llenos de alegría, mimos y pasión. Nos cuestionamos si algo que hicimos ha convertido esa maravillosa relación en algo menos vibrante. No obstante, la realidad es que las relaciones amorosas atraviesan múltiples etapas con duraciones variables.
A medida que se transita por estas fases, nuestras emociones se transforman, y pueden surgir momentos que sacuden la estabilidad de la pareja. Pero lejos de ser algo negativo, esto podría verse como una verificación de la solidez de la relación o como una señal para dejar ir lo que no funciona.
Los expertos en psicología suelen identificar cuatro etapas en la vida amorosa de una pareja. Primero viene la etapa de euforia, donde todo parece perfecto y no puedes dejar de pensar en tu pareja. Luego viene la fase de vinculación, donde fortalecemos los lazos formados en el periodo eufórico. Tras esto, una fase de crisis y, si se supera, una última etapa de apego profundo.
Entonces, para entender cuánto tiempo dura el amor, primero hay que definir qué consideramos amor. ¿Es simplemente la euforia y el entusiasmo de las primeras fases? ¿O es el vínculo profundo que se forma tras superar los desafíos? No es una respuesta sencilla.
Lo que sí está claro es que, si anhelamos regresar a las primeras fases, es probable que los lazos emocionales no se hayan formado de manera sólida. Puede que la euforia inicial sea emocionante, pero la verdadera satisfacción viene de tener alguien que te quiere y disfruta compartiendo la vida contigo. Tal vez eso sea, en última instancia, lo que realmente significa amor.
¿Se puede afirmar que el amor tiene una duración de cuatro años?
Cuando nos preguntamos sobre la longevidad del amor, a menudo se escucha que dura unos cuatro años. Pero esta cifra solo se refiere a las fases iniciales.
Las investigadoras más prominentes en este campo son Helen Fisher del Instituto Kinsey en Indiana y Lucy Brown de la Facultad de Medicina Einstein en Nueva York.
Durante años, han estudiado la actividad cerebral de parejas en distintas etapas de su relación, llegando a la conclusión de que el amor en su forma más palpable dura entre 4 y 5 años.
En el primer año más o menos, no solo hay más encuentros sexuales y pensamientos hacia la otra persona, sino que también hay una visión sesgadamente positiva del otro. De hecho, estas científicas lo describen como una especie de «paso por alto» de los aspectos negativos, algo que está respaldado por una disminución en la actividad en la corteza prefrontal , una región del cerebro que, entre otras cosas, procesa juicios negativos.
Probablemente, si empezáramos a enfocarnos inmediatamente en los fallos de alguien más, sería mucho más difícil iniciar una relación. Y eso sería contraproducente desde una perspectiva evolutiva, dado que todos tenemos imperfecciones y dejaríamos de reproducirnos.
Una vez que la etapa inicial de euforia se desvanece, comienzan a surgir oportunidades para percibir las imperfecciones del otro. Aquí nos adentramos en la fase de apego temprano o vinculación afectiva. En este periodo, se han observado activaciones en áreas cerebrales como el núcleo accumbens , estrechamente vinculado con el sistema de recompensa. Este sistema se encarga de segregar dopamina en respuesta a ciertos estímulos que son importantes para nuestra supervivencia, como la comida o el acto sexual. En estos contextos, la dopamina provoca una sensación de bienestar que nos impulsa a querer continuar con estos comportamientos.
En lo que respecta al amor, la dopamina no solo se libera durante el sexo sino también simplemente por estar en la presencia de la otra persona. Este ser se convierte en algo así como una «adicción positiva», dado que, aun siendo conscientes de sus defectos, deseamos pasar tiempo con él o ella.
También hay una liberación de oxitocina y vasopresina , hormonas asociadas con el apego emocional.
Entonces, cuando nos preguntamos sobre la longevidad del amor, frecuentemente se refiere a esta etapa. Y se estima que esta fase dura entre 4 y 5 años a partir del inicio de la relación.
El amor no se desvanece simplemente porque disminuye la dopamina
Cuando los niveles de dopamina empiezan a decrecer, la relación toma un tono más sereno. Ya no experimentamos esa intensa «adicción» hacia la otra persona. Sin embargo, si las bases fueron sólidas en los primeros años, este es el momento de disfrutar de una relación más madura y estable. De lo contrario, cerca de los 7 años, se presenta lo que se conoce como la etapa de crisis.
Es en este momento cuando, de alguna forma, nos percatamos de que las cosas han cambiado. Es natural que lo hayan hecho. Nuestro cerebro ahora nos permite formar juicios más objetivos sobre la otra persona y la «adicción» disminuye. Pero si la relación ha madurado de forma saludable, el apego debería seguir intacto. De no ser así, es posible que se llegue a una ruptura. De hecho, el periodo de los 6-7 años es particularmente crítico para la estabilidad de una pareja. Puede fortalecer la relación o llevarla al colapso.
¿Cuánto tiempo puede durar el amor genuino?
Si las crisis se superan, la oxitocina y la vasopresina continúan fluyendo. Puede que ya no experimentemos la misma pasión del inicio, pero el apego perdura y podría incluso intensificarse.
Para mantener vivo el amor a lo largo del tiempo, los expertos enfatizan la importancia de evitar la rutina . Introducir nuevas actividades puede ayudar a reforzar los lazos emocionales. De esta manera, el amor persiste, quizás de una forma más serena, pero sigue siendo amor. Porque amor no es solo pensar constantemente en alguien, sonreír cuando deja la toalla tirada en vez de irritarse y desear siempre intimidad. También es cocinar juntos algo nuevo, alegrarse cuando el otro disfruta de su canción favorita, o mirarse a los ojos y sentirse afortunados de haberse encontrado.
Puede que el amor eufórico dure 4 años, pero el amor verdadero puede extenderse mucho más. O tal vez, mucho menos.