¿Qué ocurre si tomas miel todos los días? Descubre cómo impacta tu hígado

Conoce los efectos positivos y cómo este dulce alimento puede mejorar tu salud.

La miel es un líquido dulce que elaboran las abejas a partir del néctar de plantas con flores. Es un alimento versátil que se puede añadir a muchas recetas, como la leche, el yogur, el café e incluso platos salados para crear un contraste, como en la salsa de miel y mostaza. Existen alrededor de 320 tipos de miel que varían en color, aroma y sabor, pero siempre es mejor elegir una de buena calidad que no contenga azúcar añadida.





La composición de la miel incluye azúcar, una combinación de aminoácidos, vitaminas, minerales, hierro, zinc y antioxidantes. Se utiliza como un edulcorante natural y también actúa como antiinflamatorio, antioxidante y agente antibiótico.

Beneficios de la miel para la salud

La miel posee propiedades que aportan efectos beneficiosos para la salud:

– Contribuye a reducir el colesterol «malo».
– Disminuye los niveles de triglicéridos.
– Ayuda a prevenir la formación de coágulos sanguíneos.
– Protege el corazón del estrés oxidativo.
– Favorece la curación de quemaduras.
– Al ser antioxidante, alivia la tos durante los resfriados.
– Suaviza la garganta cuando está irritada.

Efectos de consumir miel diariamente en el hígado

La miel también tiene beneficios sobre el hígado, un órgano fundamental que se encarga de desintoxicar el cuerpo, almacenar vitaminas y minerales, y producir bilis para la digestión. Consumir miel ayuda a mantener y proteger el hígado.

Además, la miel contribuye a reducir los niveles de grasa en este órgano, disminuyendo el riesgo de padecer la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA). Asimismo, ayuda a desacelerar la progresión de esta enfermedad en quienes ya la padecen.

Propiedades antibacterianas y su impacto en la salud digestiva

La miel también destaca por sus potentes propiedades antibacterianas y antimicrobianas. Estas cualidades se deben principalmente a la presencia de peróxido de hidrógeno, un compuesto natural que ayuda a combatir infecciones. De hecho, la miel se ha utilizado tradicionalmente en el tratamiento de heridas y quemaduras debido a su capacidad para evitar el crecimiento de bacterias. Además, su uso tópico en heridas contribuye a una cicatrización más rápida y a prevenir posibles infecciones.

En cuanto a la salud digestiva, la miel puede ser un gran aliado. Actúa como prebiótico, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, lo cual favorece una digestión saludable y una mejor absorción de nutrientes. Consumir miel regularmente también ayuda a reducir el riesgo de problemas gastrointestinales, como úlceras gástricas y digestiones pesadas, proporcionando alivio y mejorando el equilibrio de la microbiota intestinal.

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