Deja de beber agua embotellada ya, aquí te explicamos por qué

Investigadores descubren contaminación preocupante en agua embotellada.

La gran mayoría de las personas consideran que el agua embotellada es mejor que la del grifo porque creen que su calidad es superior. Sin embargo, un grupo de científicos ha cuestionado recientemente esta afirmación.





Investigadores del Weill Cornell Medicine en Qatar han publicado un estudio en la revista BMJ Global Health, destacando la necesidad de ser precavidos con el consumo de agua embotellada.

“Casi 2.000 millones de personas en el mundo, con acceso limitado o nulo al agua potable, dependen del agua embotellada. Para ellas, no hay alternativa. Pero para el resto de nosotros, se trata principalmente de comodidad y de la creencia arraigada (potenciada por la publicidad) de que el agua embotellada es más segura y más saludable que la del grifo. Sin embargo, no es así”, explican los expertos.

En particular, los investigadores del Weill Cornell Medicine señalan que entre el 10 % y el 78 % del agua embotellada contiene contaminantes, como microplásticos, ftalatos y bisfenol A, sustancias que provienen directamente del plástico de las botellas en las que se comercializa el agua.

Según los científicos, estos contaminantes se desprenden de las botellas, sobre todo cuando se almacenan durante mucho tiempo o se exponen al calor.

Por otra parte, los expertos también señalan que, desde un punto de vista medioambiental, es más conveniente consumir agua del grifo. “La dependencia del agua embotellada supone costes importantes en términos de salud, economía y medio ambiente, lo que exige una revisión urgente de su uso generalizado”, afirman los investigadores.

Impactos ambientales del agua embotellada

El consumo de agua embotellada no solo afecta la salud, sino que también tiene un enorme impacto ambiental que a menudo se subestima. La fabricación de botellas de plástico requiere grandes cantidades de petróleo y energía, contribuyendo de manera significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la mayoría de estas botellas no se reciclan adecuadamente y terminan acumulándose en vertederos o en el océano, causando daños graves a los ecosistemas marinos y la vida silvestre.

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el proceso de producción y transporte del agua embotellada genera residuos plásticos y emisiones contaminantes que perjudican al medio ambiente. Incluso, muchas veces el agua embotellada proviene de fuentes municipales, es decir, la misma agua del grifo tratada y envasada. Sin embargo, el consumo de agua embotellada sigue creciendo debido a la percepción de que es más pura y segura que el agua del grifo, una idea que muchas veces es impulsada por campañas publicitarias efectivas.

Desde una perspectiva de sostenibilidad, reducir el consumo de agua embotellada y optar por agua del grifo supone una gran diferencia. Por ejemplo, el uso de botellas reutilizables no solo disminuye el consumo de plástico, sino que también contribuye a la disminución de residuos y de la huella de carbono. Un cambio en los hábitos de consumo, acompañado de una mejora en la infraestructura del agua potable, puede ayudar a reducir la dependencia de los plásticos de un solo uso y mitigar los efectos negativos en el medio ambiente.

Reevaluar el consumo de agua embotellada

Es fundamental reflexionar sobre nuestras decisiones de consumo y las implicaciones que tienen para nuestra salud y el entorno. Optar por el agua del grifo, siempre que sea posible y segura, es una forma sencilla y efectiva de reducir nuestro impacto medioambiental y, al mismo tiempo, ahorrar dinero. La promoción de campañas de concienciación sobre los beneficios del agua del grifo, tanto para la salud como para el medio ambiente, puede ser clave para modificar las percepciones y fomentar hábitos más sostenibles. El agua embotellada, en muchas situaciones, es más un lujo que una necesidad, y reconocer esto nos permite tomar decisiones más informadas y responsables.

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