Sumérgete en la historia culinaria de Madrid: Restaurantes y cafés centenarios

Lugares emblemáticos que han sido testigos del paso del tiempo y han acogido a ilustres personajes a lo largo de su existencia.

La capital española goza de una excelente fama en lo que respecta a su comida local. Con platos como cocidos, carnes y tapas, no sorprende que el centro de Madrid ofrezca una amplia gama de restaurantes de variados estilos. Entre ellos, algunos han mantenido sus cocinas activas desde hace siglos.





Son los restaurantes galardonados con una placa como establecimientos centenarios de Madrid. Lugares testigos de cómo el país atravesó una guerra, vivió una dictadura e instauró la democracia actual.

En sus salones, diversos escritores, artistas, políticos e intelectuales conversaban a sus anchas, algunos dejando volar su imaginación hasta crear grandes obras en esos comedores.

Hoy, este es uno de los principales atractivos para los visitantes, que degustan las exquisiteces de estos restaurantes mientras imaginan cómo eran aquellos encuentros literarios.

Casa Botín

Casa Botín
Fachada de Sobrino de Botín, en la calle de Cuchilleros (Madrid).

Inaugurado en 1725 en la calle Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor de Madrid, este restaurante figura en el libro Guinness de los Récords como el más antiguo del mundo . Esto se debe a que, desde esa fecha, no ha cesado su actividad ni ha cambiado de rubro a lo largo de los años.

El local fue fundado por el chef francés Jean Botín y su sobrino, quienes establecieron una posada en él. De aquel entonces data su cocina de piedra, la misma que aún sigue atrayendo a los clientes. La única diferencia es que hasta finales del siglo XVIII en los mesones no se permitía vender carne ni vino, por lo que en aquel entonces solo se podía cocinar lo que los propios viajeros traían consigo. Una vez levantada la prohibición, Botín se transformó en una casa de comidas con pastelería y bodega.

Algunos de los personajes célebres que frecuentaron el lugar son: Goya, quien se cree que trabajó como lavaplatos en el restaurante en 1765; Hemingway y Truman Capone, quienes degustaron su especialidad, el cochinillo asado.

En el siglo XX, cambió de dueños y fue la familia González quien tomó las riendas del negocio hasta la actualidad, ya en su tercera generación, manteniendo la esencia del lugar.

Casa Alberto

Casa Alberto
Imagen: casaalberto.es

Establecida en 1827 sobre la antigua vivienda de Miguel de Cervantes, Casa Alberto se enorgullece de ser el segundo restaurante más antiguo de Madrid. Se ubica en la calle de las Huertas, en el barrio de las Letras .

Por sus mesas han pasado numerosos artistas, escritores, toreros, actores y políticos como Enrique Tierno Galván, quien en varias ocasiones le respondió a su secretaria: “yo no sé irme a casa sin pasar antes por Casa Alberto”. Una frase que hoy rememoran en la página web del restaurante.

Su decoración incluye varios objetos de sus diferentes épocas y propietarios, lo que lo convierte en un museo sobre la historia de Madrid y la evolución del barrio para muchos.

Entre sus delicias culinarias se encuentran el rabo de toro y el cocido. Además, destaca su vermut de grifo , considerado como uno de los mejores de la capital.

Restaurante Lhardy

Restaurante Lhardy
Puerta de caoba antillana del exterior del restaurante, realizada por el decorador Rafael Guerrero en 1885.

Ubicado en la Carrera de San Jerónimo, entre la Puerta del Sol y la plaza de las Cortes, se halla este famoso restaurante conocido por su elegancia y por mantener prácticamente intacta su imagen original.

Fue inaugurado en 1839 por Emilio Huguenin y fue el primer restaurante en recibir la placa de establecimiento centenario. Por él han pasado personalidades como la reina Isabel II, quien se escapaba del palacio para comer allí, el militar Leopoldo O’Donnell, y escritores como Ramón Gómez de la Serna, Benito Pérez Galdós y Azorín, quienes describieron parte de sus interiores en sus obras.

Su carta ha evolucionado a lo largo de su existencia, aunque en ella se mantiene la gastronomía madrileña, como el cocido y los callos, además del diseño y la innovación de la cocina internacional.

Taberna Antonio Sánchez

Taberna de Antonio Sánchez

También conocida como la taberna de los tres siglos, este establecimiento fue inaugurado en 1830 por el torero Antonio Sánchez. Se encuentra en el céntrico barrio madrileño de Lavapiés, donde frecuentaban antiguamente los autores de la Generación del 98.

Su decoración interior, que aún conserva numerosos carteles con torrijas a quince céntimos, fotografías de toreros como Frascuelo o Lagartijo, y el mobiliario antiguo, sirvió de escenario para películas como La flor de mi secreto, de Pedro Almodóvar.

Su cocina sigue ofreciendo algunos de los platos más tradicionales de Madrid: el cocido, los caracoles guisados, el rabo de toro, los huevos estrellados o la tortilla de San Isidro, entre otros. Como postre, no pueden faltar sus famosas torrijas, consideradas entre las más reputadas de la capital.

Los Galayos

Los Galayos
Foto: losgalayos.net

Ubicado en el número 5 de la calle Botoneras, en el Madrid de los Austrias, este restaurante tuvo el privilegio de ser el último lugar de encuentro de la Generación del 27 antes de la guerra civil. En 1936 se celebró un homenaje a Luis Cernuda por la publicación de su último trabajo, La realidad y el deseo, y en esa ocasión se tomó la última fotografía del grupo completo.

Fundado en 1894 como Casa Rojo, en aquel entonces se dio a conocer por sus tapas y aperitivos que pronto se ampliaron y evolucionaron hacia deliciosos platos, sin olvidar la esencia madrileña. Como referente de la cocina castellana, el local también inspiró a escritores como Arturo Pérez Reverte, quien, según explica en su dedicatoria de Los Galayos, allí fue donde encontró la inspiración para crear su célebre personaje, El capitán Alatriste.

Café Gijón

Café Gijón
Fachada de madera del Café Gijón.

Inaugurado en 1888 por el gijonés Don Gumersindo García, quien bautizó al establecimiento con el nombre de su ciudad natal, este célebre café madrileño es conocido por las tertulias literarias que congregaban a numerosos intelectuales.

Entre las personalidades más destacadas se encontraban Pío Baroja, Valle-Inclán, Ramón y Cajal y Benito Pérez Galdós. Más adelante, comenzaron a asistir las primeras mujeres, como Maruja Mallo, Celia Gámez o Mercedes Fornica. Diversas generaciones de artistas utilizaron el Café Gijón como punto de encuentro, especialmente después de su primera reforma en 1925, cuando cambió de dueño y fue adquirido por el peluquero extremeño Benigno López Jabato, quien lo convirtió en el más famoso de la ciudad.

En la actualidad, aunque su carta ha evolucionado, ofrece platos de la cocina tradicional. Se ubica en el número 21 del Paseo Recoletos.

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