Si compartes tu vida con un perro, seguro que en más de una ocasión has sido testigo de cómo se deleita masticando pasto. Normalmente, este comportamiento no nos genera alarma ya que es común escuchar que ellos lo hacen como forma de autolimpieza cuando no se sienten bien o para desintoxicarse un poco.
Y es que esta idea no es meramente un mito popular.
Durante mucho tiempo ha sido la explicación más aceptada por los veterinarios. Sin embargo, las investigaciones más recientes señalan que hay otras razones por las cuales los perros pueden decidir comer pasto.
Afortunadamente, estas también son inofensivas, así que puedes seguir relajándote.
Por un lado, parece que comer pasto les ayuda a obtener ciertos nutrientes que podrían estar faltando en su alimentación. Por ejemplo, puede ocurrir cuando se les alimenta con comida baja en fibra. La otra explicación es tan sencilla como que les podría encantar comer pasto.
De hecho, a veces puedes verlos disfrutando del sol, acostados en el pasto mientras mordisquean algunas hojas. Parece que realmente les gusta y no hay razón para prohibírselo siempre y cuando te asegures de que no hay vegetación tóxica en la zona y que no se ha rociado recientemente ningún tipo de herbicida.
¿Por qué a los perros les encanta comer pasto?
Antes de entender por qué les encanta comer pasto, es importante aclarar por qué las explicaciones previas han perdido credibilidad. Existen varios estudios que las refutan.
Por ejemplo, en una investigación realizada por científicos de la Universidad de New England , en Australia, se estudió el comportamiento de 12 perros que solían comer pasto con regularidad.
El objetivo era identificar una respuesta a la acción. Es decir, verificar si después de hacer esto, solían vomitar. Y resulta que, en la mayoría de casos, no sucedía nada. De hecho, de los pocos que vomitaron, la mayoría lo hizo después de comer una comida.
Además, otros estudios demuestran que menos del 10% de los perros que comen pasto parecen estar enfermos antes de hacerlo. No parece que lo hagan para desintoxicarse debido a una enfermedad o indigestión, ni tampoco por costumbre, ya que solo el 25% acostumbran a vomitar después de comer pasto.
Pueden tener deficiencia de nutrientes
Es posible que no estén enfermos, pero que les falten algunos nutrientes. Existe un estudio que respalda esta hipótesis, aunque los resultados deben tomarse con precaución, ya que se realizó con un solo perro. Se trata de un caniche que, durante siete años, comía pasto todos los días, e inmediatamente después, vomitaba.
Sin embargo, cuando se cambió su alimentación a una dieta más alta en fibra, dejó de comer pasto automáticamente. Por lo tanto, podría ser que lo estuviese haciendo en busca de este nutriente.
Quizás simplemente les encante comer pasto
Podría ser que a los perros les fascine comer pasto porque es algo innato en ellos. De hecho, según un estudio realizado en el Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, el 74% de las heces de lobos analizadas contenían rastros de pasto.
Puede que les guste su sabor o que disfruten mordisqueándola. Por lo tanto, en principio no hay nada de qué preocuparse.
¿Cuándo deberíamos estar alerta?
Lo ideal es conocer el lugar donde les permitimos comer pasto. Si es en nuestro jardín, por ejemplo, podemos evitar que haya plantas tóxicas y, en caso de haber usado herbicidas, no les dejaremos salir.
En cambio, si es en un parque, puede ser más complicado saber si se ha rociado herbicida.
Existen algunas pruebas que no dañan a las plantas y que indican con un cambio de color si se ha usado alguna de estas sustancias tóxicas. O, si no, podemos preguntar en el ayuntamiento.
Por otro lado, si es en el campo abierto, lo normal es que no haya herbicidas, pero hay que tener cuidado con el tipo de pastos, para que no haya ninguno peligroso. Si quieres saber qué plantas son peligrosas, tanto para no plantarlas en tu jardín como para evitarlas en el campo, puedes consultar con tu veterinario.
Y es que, para cuidar a nuestros amigos peludos , también debemos tener algunos conocimientos de botánica. Ellos harían lo mismo por nosotros si pudieran. ¿Por qué no devolverles el favor?