Así lo afirmó Jonathan Brown, reconocido historiador de Arte y catedrático de la Universidad de Nueva York, luego de conocer este museo. Adicionalmente, el Prado compila la obra de uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, quien además inmortalizó una fecha inolvidable para España.
Cuando se piensa en el Museo del Prado es imposible no recordar a Francisco José de Goya y Lucientes, “genio y figura hasta la sepultura”, que dejó vivo el recuerdo de los fusilamientos ocurridos el 3 de mayo de 1808.
Los restos de Goya se encuentran en la ermita de San Antonio de La Florida de Madrid, pero seguramente su espíritu ronda por el Museo del Prado, especialmente por la sala 64 donde se exhibe su más memorable cuadro.
EL MUSEO DE CIENCIAS DE CARLOS III
Carlos III, monarca de la Ilustración y amante de los conocimientos científicos de la época, es quien inicia el proyecto de construir un museo dentro de los predios del Real Sitio del Buen Retiro, donde estaba el famoso palacio barroco en el que había vivido cuando fue coronado.
Era su intención que Madrid se convirtiera en una metrópoli moderna, a la altura de importantes ciudades como Londres o París, y encarga al arquitecto Juan de Villanueva el diseño de un edificio de dos pisos, para ser la sede del Real Gabinete de Historia Natural en la planta superior y la Academia de Ciencias en el piso bajo.
El edificio Villanueva se comienza a construir en 1785, por lo que Carlos III apenas alcanza a ver la mitad de su obra. El rey muere en 1788 sin llegar a imaginar los acontecimientos que pronto estaban por suceder en España, y es Carlos IV el que se encarga de concluir el proyecto de su padre.
EL MUSEO DE ARTE DE FERNANDO VII
En 1808 las tropas de Napoleón invaden España y toman como cuartel al Buen Retiro, dejando luego todo destruido. El 2 de mayo Madrid se levanta y comienzan las ejecuciones en toda la ciudad para, al día siguiente, producirse el fusilamiento de la montaña del Príncipe Pío, que Goya inmortaliza seis años después en su cuadro más famoso.
Curiosamente, la idea de crear un museo de pinturas en el Prado, el cual llevaría por nombre Museo Josefino, vino de José Bonaparte. Se dio a la tarea de expropiar obras de arte a los monasterios y palacios, que fue acumulando, pero no tuvo tiempo de llevar a cabo la inauguración.
Finalmente, las tropas de Napoleón son expulsadas de España en 1814 y Fernando VII regresa de su prisión francesa, tomando posesión de la Corona, para entonces asumir el proyecto y fundar el Real Museo de Pinturas y Esculturas en el edificio Villanueva, el cual se estrena en el año 1819.
EL MUSEO DEL PRADO
El Rey devolvió todas las obras de arte a sus propietarios originales, quienes en muchos casos las decidieron donar. Igualmente, recuperó muchas piezas que habían sido robadas por Bonaparte, e incluso hizo una inversión cuantiosa de su propio bolsillo para adquirir muchas otras, tanto dentro de España como en Europa.
Actualmente, el museo cuenta con más de 35.000 obras -incluyendo aproximadamente 15.000 fotografías de tiempos más recientes- las cuales se distribuyen en diversas colecciones: Pintura Española hasta 1800; Pintura Italiana y francesa hasta 1800; Pintura Flamenca y Escuelas del Norte; Pinturas del Siglo XIX; Dibujos, Estampas y Fotografías; Escultura y Artes Decorativas.
El Museo del Prado ha tenido numerosas ampliaciones a lo largo de su historia y hoy día es un complejo formado por varias edificaciones: el viejo edificio Villanueva, el Claustro de los Jerónimos, el Casón del Buen Retiro, el edificio de oficinas de la calle Ruíz de Alarcón, y el Salón de Reinos.
Se puede apreciar aquí las más valiosas obras de arte de innumerables y destacados representantes de diversas épocas y escuelas españolas y europeas, tales como Velázquez, El Greco, Rubens, Rafael, Rembrandt y Murillo, entre muchos otros. Pero la mayor colección es la de Goya (1746-1828) -con 956 cuadros- que fue el español más célebre que transitó a lo largo de la vida del Museo del Prado.