La convivencia forzosa del confinamiento ha hecho mella en las parejas y nos encontramos con una subida espectacular del número de divorcios, así como del número de infidelidades entre las parejas.
Si bien la pandemia ha afectado de manera directa a las infidelidades, es cierto que esta situación ya venía de las épocas pre-pandemicas. Y es que, cada vez más, las parejas se eran infieles. Los expertos hablar de este incremento a causa de una cierta descristianización de las personas. Muchas personas ya no creen cometer un pecado por tener una aventura extramatrimonial.
Son muchos los sexólogos que afirman que si los divorcios han crecido, las infidelidades aún lo han hecho de manera mucho más exponencial. Y los infieles no piensan en el divorcio, sino que quieren mantener su matrimonio, pero sentir la experiencia de esa aventura escondida.
YA NO SE ES INFIEL COMO ANTES
Efectivamente, los detectives privados nos cuentan que las maneras de ser infiel han cambiado. Se han potenciado otras vías de comunicación, como los mensajes de texto, las llamadas o los videochats.
Ya no se usan viejas excusas como el trabajar hasta tarde o tener un viaje de negocios. Básicamente, porque, en muchos casos, la situación de confinamiento no lo ha permitido. Las personas salen a la calle con la excusa de “dar una vuelta” y aprovechan la tecnología para tener una infidelidad virtual, en muchos casos, a través de aplicaciones de móvil que ofrecen estos servicios.
Como decimos, las infidelidades no tienen por objeto encontrar a una pareja y divorciarse de la actual, porque la mayoría de estas relaciones tienen una duración de poco menos de seis meses y es tomado como algo divertido, no emocional.
DETECTIVES E INFIDELIDAD
Aunque la infidelidad se tome como algo pasajero, lo cierto es que, para la pareja no es algo que suela gustar a la otra parte si no se ha pactado previamente como pareja abierta. Es por este motivo que, cada año, son muchos los detectives privados a los que se recurre ante una sospecha de infidelidad.
Existen detectives para infidelidades, que están especializados y regulados por ley, puesto que contratarlos para que investigue a nuestra pareja es completamente legal y exclusivo para estos profesionales.
CÓMO DETECTAR UNA INFIDELIDAD
Estos profesionales nos ayudaran a verificar que se está produciendo esta relación extramatrimonial. Por ejemplo, que nuestra pareja cambie su manera de vestir, o detectemos cargos extraños en nuestra cuenta bancaria, impedir que veamos su móvil, ver que está constantemente escribiendo mensajes en su móvil o cambia su comportamiento hacia nosotros, puede hacernos sospechar que existe una infidelidad.
Como hemos visto, se utilizan las excusas o viajes de trabajo que no se realizan. También puede detectarse tanto por un distanciamiento o enfriamiento de nuestra relación de pareja, como también por una actividad sexual exagerada. El historial del ordenador doméstico puede revelar visitas reiteradas a páginas de contacto buscando relaciones esporádicas. A veces, la misma casualidad puede hacer que una persona de nuestro entorno vea a nuestra pareja con otra persona y una actitud muy cariñosa.
PROFESIONALES ESPECIALIZADOS
Cuando contratamos a un investigador privado estamos contratando a un profesional que tiene el título de investigación privada, formación universitaria, y obtienen una licencia a través de la Dirección General de la Policía.
Como decimos, están regulados por la ley de Seguridad Privada, de manera que ello les permite investigar la vida privada de una persona, siempre que exista un interés legítimo detrás. La información se consigue siempre de manera legal, gracias a sus investigaciones y pueden hacer tanto vigilancias y seguimientos, como rastrear las redes sociales, porque así les habilita la ley.
COMPROBAR UNA INFIDELIDAD
La mayoría de personas que acude a un investigador privado ya ha detectado esos cambios de comportamiento o excusas que delatan que algo está pasando en su pareja. Es decir, la mayoría sabe, o sospecha, que su pareja le está siendo infiel y ello les hace vivir una situación angustiosa e infeliz.
La infidelidad puede causar graves secuelas en la persona que la sufre y les hace sentir culpables por haber sido engañadas. Entre estas secuelas puede llegarse a una profunda depresión y a un contacto demasiado estrecho con el alcohol o las drogas. Y este comportamiento puede suceder incluso si hay una reconciliación.
En un momento que resulta tan enormemente doloroso, todas las personas tienen derecho a saber si está siendo o no engañado. Es uno de los supuestos permitidos en la ley que regula a los investigadores privados y que les permite investigar estos casos.