La demanda de papel higiénico se disparó durante el inicio de la pandemia , evidenciando su importancia cotidiana. Dado su uso masivo, este producto representa una fuente potencial para la generación de biocombustibles, un aspecto hasta ahora poco explorado. Motivado por esta oportunidad, un grupo de científicos de diversas empresas valencianas ha iniciado un proyecto interesante que ha logrado recientemente apoyo financiero para desarrollar bioetanol.
Este proyecto, denominado CELEBRE, ha recibido apoyo económico tanto del Instituto Valenciano de Competitividad en Innovación (Ivace+i) como de la Unión Europea, beneficiando a las empresas FACSA, INDETEC y FOVASA con los recursos necesarios para avanzar en esta iniciativa.
El proyecto se centra en reciclar papel higiénico de las aguas residuales para convertirlo en bioetanol. Además, planean utilizar otros materiales como residuos agrícolas y productos de higiene personal, tales como pañales y compresas, para producir biocombustibles. Este enfoque destaca un modelo de economía circular, transformando los desechos cotidianos en combustibles más sostenibles y menos contaminantes, ofreciendo múltiples beneficios ambientales.
¿Por qué optar por el bioetanol?
Los combustibles son compuestos mayormente de carbono e hidrógeno que, al reaccionar con oxígeno, liberan dióxido de carbono y vapor de agua, desprendiendo gran cantidad de energía útil para calefacción, generación de electricidad o propulsión de vehículos. Sin embargo, los combustibles fósiles, como el petróleo, son recursos finitos y su combustión emite altos niveles de dióxido de carbono, un potente gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global .
Ante esta problemática, es vital desarrollar biocombustibles renovables como alternativas a los combustibles fósiles. El bioetanol emerge como una solución prometedora. Compuesto por carbono, hidrógeno y oxígeno, este biocombustible no solo es energéticamente eficiente, sino que también reduce la emisión de gases de efecto invernadero entre un 44% y un 52% comparado con los combustibles tradicionales.
El bioetanol puede producirse sintéticamente o a partir de biomasa. Específicamente, el bioetanol se genera mediante la fermentación de azúcares por microorganismos. Estos azúcares pueden provenir de residuos agrícolas o alimenticios, definiendo así al bioetanol de primera generación , derivado de azúcares simples, y al de segunda generación, obtenido de azúcares más complejos presentes en diversos residuos.
El bioetanol que producirán estas compañías valencianas es de segunda generación, originado a partir de la celulosa presente en residuos agrícolas, papel higiénico y otros productos sanitarios.
Transformación del papel higiénico en biocombustible
Cada persona utiliza, en promedio, 100 rollos de papel higiénico al año , desechos que normalmente terminan en las aguas residuales. Este material, sin embargo, tiene el potencial de ser reutilizado para generar biocombustibles.
El método empleado por el proyecto CELEBRE para reciclar este papel involucra tres fases principales. Inicialmente, se realiza un proceso de filtración y tamizado para extraer los residuos de papel del agua. A continuación, estos residuos se tratan químicamente para descomponer la celulosa en azúcares más simples y accesibles para las bacterias. En la etapa final, estas bacterias fermentan los azúcares, transformándolos en bioetanol.
Este proyecto representa una notable innovación y es de gran relevancia, razón por la cual ha captado el interés y la financiación de importantes entidades. Con el tiempo, observaremos los frutos de este esfuerzo y, posiblemente, veremos cómo más empresas y regiones adoptan iniciativas similares. Todo esto contribuye a aprovechar de manera efectiva los desechos de papel higiénico que diariamente desechamos.