Las calles de Madrid: de las lámparas de aceite a la energía verde

Algunas luces son cosa del pasado y ya conocemos a las del futuro.

Vivimos una transformación silenciosa en la estética de las ciudades. Se renuevan los pavimentos, cambia la arquitectura urbana y sobre todo, el alumbrado. Ayuntamientos como el de Madrid, en la búsqueda de contribuir con el medio ambiente, dan ejemplo sustituyendo las lámparas tradicionales por otras más modernas.





En la Edad Media y en la Edad Moderna la noche en Madrid era sinónimo de estar expuesto a grandes peligros, por ello ganó tanta importancia el alumbrado. Al principio los más ricos salían con antorchas pero no por ello se disminuían los ataques, de manera que se decidió obligar a los vecinos a iluminar ellos mismos las fachadas de sus casas con lámparas de aceite, bajo amenaza de multa. Y así la ciudad dejó de estar sumida en la oscuridad a cargo de los vecinos. En Madrid la primera experiencia pública con la iluminación de gas tuvo sello real, con más de cien faroles colocados en honor al nacimiento de la Infanta Luisa Fernanda, hija de Fernando VII, en 1832.

EN UN MADRID LLENO DE VELAS Y QUINQUÉS, EL GAS CAMBIÓ LA VIDA

Tuvieron que pasar muchos años hasta que quienes gobernaban en Madrid se dieran cuenta de la importancia de mantener una buena iluminación en las ciudades y pasar a hacer de ello una responsabilidad municipal. Comenzaron a nacer las primeras compañías de luz encargadas de tal infraestructura; unidas a la figura del sereno que tantos años nos ha acompañado, ya que era el encargado de encender y apagar las luces de gas en las calles. Esa modernidad llegaría primero a las calles más céntricas de la Villa de Madrid donde las primeras pruebas con electricidad fueron en Plaza de la Armería y en el Congreso de los Diputados.

No se trataba precisamente de una energía segura la del gas, de hecho hubo muchos incidentes por explosiones pero sí que se logró en Madrid el objetivo de que con la iluminación, la seguridad fuese mayor y se redujera mucho la delincuencia. Y de ese primer alumbrado con lámparas de gas hemos evolucionado, pasando por la electricidad hasta llegar hoy a otras energías más seguras y limpias en las que hay una fuerte apuesta de los madrileños por la utilización de energías renovables. La tarifa de energía verde de OVO Energy, entre otras, trae esa iluminación más cálida, económica y acorde a los tiempos actuales. El cambio hacia las energías verdes ya es una condición para el futuro energético de cualquier ciudad.

LA LUZ, HOY IMPRESCINDIBLE

La luz, hoy imprescindible

La renovación del alumbrado ha mejorado los municipios madrileños y aumentado la calidad de vida de los ciudadanos. Esa modernización y cambio a energías verdes implica también una reducción de decenas de miles de euros de coste en el consumo del alumbrado público eléctrico.

Ahora se suma la Ley de Cambio Climático y Transición Energética para luchar contra la crisis climática. En ella se establece que antes de final de siglo España tiene que tener un sistema eléctrico que sea 100% renovable. Concretamente a finales de la próxima década ya un mínimo del 35% del consumo final de la energía deberá ser de origen renovable, y en el caso del sistema eléctrico, esa presencia renovable llegado el año 2030 deberá ser al menos de un porcentaje del 70%.

El mensaje está claro y el impulso y apoyo a las energías limpias y la eficiencia energética son ya una realidad. Estamos ante otro punto de inflexión que aportará múltiples beneficios tanto a la capital como al resto del país.

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