El sorprendente renacer del lince ibérico: Un rescate genético en el tiempo

De acuerdo con una investigación dirigida por científicos de la Estación Biológica de Doñana, el lince ibérico se cruzó hace aproximadamente entre 2.000 y 4.000 años con una especie euroasiática, lo que contribuyó a enriquecer la diversidad de sus genes.

El caso del lince ibérico refleja el éxito de las políticas de recuperación de especies. En el año 2002, la población se estimaba en tan solo 94 individuos, limitados a áreas específicas de Doñana y la Sierra de Andújar , en Andalucía. Esta cifra resultaba insignificante considerando que en el siglo XIX, estos felinos ocupaban toda la península Ibérica.





A principios del siglo XXI, cuando la extinción parecía inevitable, los conservacionistas implementaron una estrategia audaz: cruzar ejemplares de ambas poblaciones. El resultado fue extraordinariamente alentador. En 2022, último año de recuento de estos felinos en peligro, se registró un total de 1.668 individuos, con 1.406 (el 84,3%) en España y 261 (el 15,7%) en Portugal.

A pesar de estos sorprendentes datos, un estudio publicado el año pasado en la revista especializada Animal Conservation , liderado por científicos de la Estación Biológica de Doñana, advirtió que la viabilidad a largo plazo de las poblaciones no se garantiza únicamente con el aumento numérico, sino también con la conexión entre ellas.

Un desafío al que se enfrenta esta especie es la escasa variabilidad genética compartida entre sus poblaciones, siendo considerado el animal amenazado con menor diversidad genética en el mundo. No obstante, una investigación reciente publicada en Nature Ecology & Evolution y liderada por el mismo centro de Investigaciones Científicas de Doñana revela que esto no siempre fue así. En el pasado, los linces ibéricos se cruzaron con su ‘hermano’ euroasiático, el lince boreal (Lynx lynx), hecho que contribuyó a incrementar su diversidad genética.

Esta conclusión se derivó de un estudio que analizó muestras de ADN de tres ejemplares prehistóricos: uno de la Sierra de Andújar datado hace unos 4.300 años, otro de la localidad de Alcanar en Tarragona hace 2.500 años, y un tercer ejemplar que pobló la actual región del Algarve en Portugal, con una antigüedad de aproximadamente 2.100 años.

Mayor diversidad a lo largo del tiempo

Tras examinar detenidamente las muestras, se determinó que los linces prehistóricos poseían menor variabilidad genética en comparación con los actuales. Este hallazgo desafía en cierta medida la lógica, ya que se supondría que no podrían haber sobrevivido en el entorno natural sin alguna intervención humana, lo cual ocurrió recientemente.

La hipótesis de que los linces prehistóricos estuvieran completamente aislados también se descarta, dado que los análisis genéticos revelan mezclas tanto entre ellos como con sus contemporáneos.

María Lucena, bióloga evolutiva de la Estación Científica de Doñana, destaca que la idea de especies estancas cede terreno a un escenario más realista respaldado por la literatura científica, que sugiere una abundancia de casos de hibridación, especialmente entre félidos. Este fenómeno parece haber contribuido al aumento de la diversidad genética en el lince ibérico, con posibles beneficios asociados, según explica a National Geographic España .

En términos generales, los investigadores señalan que se espera que la selección natural elimine la mayoría de los genes incorporados a una especie. No obstante, en casos como el del lince ibérico, no solo no pierden variabilidad genética, sino que la ganan, con efectos positivos en las poblaciones futuras. Esto puede implicar la restauración de variantes funcionales perdidas o la adaptación a nuevas condiciones ambientales. La incógnita radica en lo que pudo haber sucedido durante miles de años para que el lince sobreviviera. La respuesta más plausible, según los científicos del proyecto, es la hibridación.

Mayor diversidad a lo largo del tiempo
En la Sierra de Andújar, Jaén, un lince ibérico y su cría observan el horizonte. A fines del siglo XX, la cercana extinción amenazó a estos felinos, pero gracias a la reintroducción de especies realizada hace dos décadas, sus poblaciones fueron exitosamente recuperadas.

El incremento en la diversidad experimentado por el lince ibérico, ligado a la hibridación con el lince boreal, parece haber restaurado parte de esta diversidad y, por ende, podría haber contribuido a aliviar la carga genética en el lince ibérico, aumentando su eficacia biológica y restaurando parte de su potencial adaptativo, argumenta Lucena.

En consecuencia, los investigadores sugieren que el intercambio genético entre las dos especies favoreció la diversidad genética a largo plazo. Según José Godoy, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana, es probable que el lince ibérico haya sido rescatado después de procesos de hibridación con el lince boreal.

Futura posibilidad de cruce de especies

¿Implica esto que el lince ibérico dejó de ser tan ibérico? En absoluto. Similar a cómo los humanos no dejan de ser humanos al compartir hasta el 4% de los genes con los neandertales , la hibridación del lince ibérico con el lince boreal no lo alejaría de su singularidad, según los investigadores. Lucena sugiere que la hibridación podría considerarse como una medida de rescate genético, con un análisis de riesgo-beneficio. Aunque la posibilidad de que ambas especies se crucen en el medio salvaje sigue siendo una opción sobre la mesa.

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