La cuenca del Mediterráneo, y particularmente España, es una región marcada por una variedad de riesgos naturales, que en el último siglo se han intensificado debido al cambio climático. Las temperaturas extremas y otros factores han incrementado la frecuencia y severidad de fenómenos como sequías, olas de calor e inundaciones.
El más reciente de estos eventos ocurrió el 29 de octubre de 2024, cuando una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) golpeó el sureste de la Península Ibérica, causando importantes daños en infraestructuras de localidades como Paiporta, Pincanya, Sedaví y Torrent, todas en la Comunidad Valenciana. Hasta el 7 de noviembre, se registran provisionalmente más de 219 fallecidos y un número aún indeterminado de desaparecidos.
La magnitud de esta catástrofe, que ha movilizado a miles de voluntarios a las zonas afectadas, ha llevado a la población a recordar otros desastres naturales en España. Aunque pueda sorprender en comparación con otros países, en los últimos cien años, múltiples eventos meteorológicos extremos han dejado una huella profunda en la memoria colectiva española.
1. Las inundaciones de 1953 en el País Vasco
El 14 y 15 de octubre de 1953, los ríos Urola, Deba, Oria y Urumea, en el País Vasco, se desbordaron, inundando los municipios a lo largo de sus cuencas. “Es imposible calcular las enormes pérdidas que esta trágica inundación ha causado, no solo en los campos, sino también en gran parte de la industria local”, reflejaba el Diario Vasco en una crónica de la época.
Las crónicas señalan que la primavera y el verano de ese año habían sido secos. Pero el 11 de octubre, la lluvia empezó a caer en esta región, intensificándose en la noche del día 14, cuando se alcanzaron los 313 litros por metro cuadrado en 24 horas en Arditurri (Guipúzcoa).
Este desastre se cobró oficialmente la vida de 27 personas, 21 de ellas cuando un autobús de La Guipuzcoana fue arrastrado por el río Urola en Zestoa.
2. La gran riada de Valencia de 1957
Desde que existen registros, se han documentado al menos 25 grandes riadas en Valencia, siendo la de 1957 una de las más notables. Días antes de la tragedia, los servicios meteorológicos y medios de comunicación alertaron sobre la crecida del Turia por lluvias intensas. Sin embargo, fue el 14 de octubre cuando el río desbordó, causando graves daños en comercios y viviendas.
Ese día, se registraron 630 litros por metro cuadrado, duplicando el caudal del Turia, que pasó de 2.700 a 3.700 metros cúbicos por segundo. En cuanto a las víctimas, el número oficial fue de 81, aunque otras fuentes indican hasta 100 fallecidos.
3. La tragedia de Ribadelago en 1959
El 9 de enero de 1959, el desbordamiento de la presa de Vega de Tera arrasó el pueblo zamorano de Ribadelago, cobrando la vida de 144 de sus 532 habitantes, según informó EFE.
Esa madrugada, unos 150 metros del muro se rompieron debido a las lluvias y a la deficiente construcción de la presa, dejando que unos ocho millones de metros cúbicos de agua inundaran el municipio. La falta de accesos a Ribadelago en esa época retrasó la llegada de ayuda sanitaria hasta un día después del desastre.
4. Las riadas del Vallés Occidental en 1962
La noche del 25 de septiembre de 1962, Cataluña vivió una de sus peores inundaciones, conocidas como las Riadas del Vallés, que afectaron especialmente a Terrassa y Rubí, donde se registraron más de 200 litros por metro cuadrado en tan solo tres horas.
Las consecuencias fueron devastadoras. Según datos del Ayuntamiento de Rubí, el agua arrastró escombros, troncos y piedras en su paso, provocando la muerte de entre 600 y 1.000 personas en total.
5. Las inundaciones de octubre de 1973
Aunque en aquella época no se utilizaban términos como “gota fría” o DANA, el temporal del 19 de octubre de 1973 se clasificaría hoy de ese modo. Aquella jornada, lluvias torrenciales dejaron más de 150 muertos y alrededor de 50 desaparecidos en provincias como Granada, Almería, Alicante y Murcia.
El Instituto Nacional de Meteorología documentó precipitaciones de hasta 600 litros por metro cuadrado en solo siete horas, una cifra insólita para una de las zonas más áridas de la Península.
6. El desastre en Biescas (Huesca) en 1996
El 7 de agosto de 1996, el camping Virgen de las Nieves, en Biescas (Huesca), fue devastado por una riada de agua, lodo y piedras, que causó la muerte de 87 personas y dejó más de 180 heridos. En tan solo ocho minutos, la lluvia acumuló hasta 500 litros por metro cuadrado, desatando una ola gigante desde el barranco de Arrás, en el Pirineo aragonés.
Tras el desastre, y una vez identificadas las víctimas y atendidos los heridos, se inició un largo proceso judicial. En 2005, la Audiencia Nacional condenó al Gobierno de Aragón y al Ministerio de Medio Ambiente a compensar a las familias de 63 de las víctimas, dado que el camping se construyó en una zona inundable, según un informe técnico.
7. La ola de calor de agosto de 2003
La ola de calor de agosto de 2003 se considera la más extrema en Europa en el último siglo, con un saldo de 35.000 muertes en todo el continente. En España, aunque las cifras oficiales apuntan a 141 fallecidos, una investigación del Instituto Nacional de Estadística elevó las muertes relacionadas en ese verano a 12.963 personas.
Las temperaturas alcanzaron valores sin precedentes en algunas zonas: 45,1ºC en Jerez, 41ºC en Girona y 38,8ºC en Burgos, por ejemplo.
A pesar de estos valores, el récord de temperatura en España lo tiene La Rambla, en Córdoba, donde se alcanzaron 47,6 grados el 14 de agosto de 2021.