Vivir juntos, pero separados. Aunque puede parecer una contradicción, este tipo de relación está creciendo cada vez más en distintos rincones del mundo, y España no es una excepción.
En concreto, este nuevo fenómeno de pareja se conoce bajo el término inglés Living Apart Together (LAT), que hace referencia a las personas que mantienen una relación sentimental, pero optan por residir en lugares diferentes. En cuanto al lugar donde vivir, algunos eligen el mismo edificio, otros prefieren estar en la misma calle o en una casa cercana, mientras que hay quienes no se preocupan por la distancia.
Las razones que llevan a las parejas a adoptar este tipo de convivencia son variadas, desde la necesidad de mantener la independencia personal hasta cuestiones laborales o familiares.
Menos conflictos
Ser una pareja LAT, es decir, no compartir la misma vivienda, implica que, por ejemplo, cada persona puede organizar su tiempo según sus propias necesidades, sin tener que ajustarse a rutinas comunes, lo que reduce la posibilidad de conflictos.
En resumen, no es necesario consensuar todos los detalles cotidianos, lo que a menudo es fuente de problemas. Como resultado, las discusiones disminuyen. Al fin y al cabo, las parejas LAT suelen priorizar el cuidado personal y valoran pasar tiempo de calidad juntos.
La situación en España
En España, se calcula que alrededor del 8% de las parejas optan por una relación LAT, y lo hacen por diversas razones, ya sean económicas, personales o una combinación de ambas.
En otros países, como Estados Unidos, hay cerca de dos millones de personas en este tipo de relaciones; cifras similares se encuentran en Inglaterra, y en Francia se estima que un 10% de las parejas sigue este modelo.
En conclusión, amar de verdad no solo implica sentirse cómodo, sino también ser feliz, con todos los esfuerzos que esto conlleva y afrontando cualquier desafío. Porque amar es una decisión libre y cotidiana, donde se busca el bienestar del otro, no solo el propio.