Orígenes del Horóscopo: Cómo la Ciencia Babilónica se Convirtió en Superstición

Hace 2.500 años, el horóscopo tuvo sus orígenes en Babilonia y, curiosamente, a pesar de ser una práctica científica en su inicio, hoy en día millones de personas lo consideran una superstición que guía sus vidas.

Es frecuente en la historia de la humanidad observar que lo que en un principio eran cuentos, mitos, supersticiones o explicaciones fantásticas para intentar comprender el mundo, se terminara convirtiendo en una ciencia. Esta transformación fue posible gracias a la observación, el empirismo y la aplicación del método científico, que permitieron a los seres humanos entender la realidad de una manera más precisa y rigurosa.





La alquimia, por ejemplo, tuvo su origen en Mesopotamia y se practicó en diversas partes del mundo, como Persia, el Antiguo Egipto, la India y China. También fue practicada en la Antigua Grecia, el Imperio Romano y el Imperio Islámico. Finalmente, la alquimia evolucionó hacia la química moderna en la Europa del siglo XVIII.

El horóscopo es otro ejemplo, aunque sigue una trayectoria diferente. Originalmente, surgió en la antigua Babilonia como un intento observacional y matemático para determinar la posición en el cielo de los cuerpos celestes. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha convertido en una interpretación astrológica que millones de personas en todo el mundo utilizan para orientar sus decisiones y depositar sus esperanzas sobre el futuro.

El origen babilónico del horóscopo

El nacimiento del horóscopo fue un momento decisivo en la historia de la astronomía y la astrología babilónicas. Este acontecimiento tuvo lugar hace aproximadamente 2.500 años, alrededor del año 500 a.C.

Los babilonios necesitaron observar y registrar los movimientos de las estrellas y planetas, así como identificar patrones y regularidades para poder desarrollar los signos del zodiaco y el horóscopo. Una prueba contundente de que los babilonios ya contaban con este conocimiento son las tablillas del Mul-Apin .

tablillas del Mul-Apin
tablillas del Mul-Apin.

Las tablillas del Mul-Apin son una serie de tablas de arcilla grabadas en escritura cuneiforme que datan del siglo VII a.C. Estas tablillas contienen conocimientos astronómicos tempranos que podrían remontarse incluso a varios siglos antes. De hecho, los babilonios desarrollaron un marco matemático uniforme muy temprano en la historia, dentro del cual se podían ubicar los cuerpos celestes, en particular la Luna, el Sol y los cinco planetas conocidos en ese entonces: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

Las constelaciones zodiacales y el zodíaco

Los babilonios no se limitaron a la observación empírica, sino que desarrollaron diversas técnicas y herramientas para calcular y predecir matemáticamente las órbitas de los planetas y las estrellas. De hecho, los textos babilónicos a partir del siglo VII a.C. contienen informes sobre la posición de los planetas, la Luna, el Sol y algunas estrellas en relación a las constelaciones zodiacales.

Las constelaciones zodiacales son agrupaciones de estrellas, o constelaciones, que atraviesan la esfera celeste y por las cuales se desplazan la Luna, el Sol y los planetas. Estas constelaciones cubren una extensión variable en el cielo y tienen formas y espacios entre ellas que también pueden variar. Son proyecciones humanas y patrones identificados en el cielo, que han recibido nombres diferentes en cada cultura.

El zodiaco, por su parte, es una construcción matemática creada por los babilonios en la que dividieron el cielo en 12 partes iguales de 30º cada una. A cada una de estas partes le asignaron el nombre de la constelación más destacada en esa zona.

Del zodíaco al horóscopo

La observación de las estrellas llevó a los babilonios a regirse por un calendario luni-solar. En este calendario, el año se basaba en ciclos solares y los meses en ciclos lunares. Así, un año de 360 días se dividía en 12 meses. El zodiaco, dividido en 12 franjas celestes de 30 grados, permitió simplificar los cálculos matemáticos y proporcionó un marco uniforme para la posición de las estrellas. Esto proporcionó infinitas posibilidades para la interpretación astrológica de los datos astronómicos.

Ejemplo de Carta astral
Ejemplo de Carta astral.

Los babilonios creían que las estrellas y los fenómenos celestes eran señales divinas que les eran transmitidas. Además de su conocimiento astronómico, interpretaron las posiciones de los astros como manifestaciones de los designios de los dioses, dando lugar a todo tipo de interpretaciones y creencias astrológicas.

Es importante tener en cuenta que, si bien el horóscopo no tiene una base científica, no se puede negar la influencia cultural que ha tenido a lo largo de la historia y en la actualidad. Además, para muchas personas, el horóscopo es una forma de reflexionar sobre sus propias características y comportamientos, lo que puede ser una herramienta valiosa para la autoexploración y el crecimiento personal. Sin embargo, es importante no depositar toda la confianza en el horóscopo y tener en cuenta que cada persona tiene libre albedrío y es responsable de sus propias decisiones y acciones.

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