La popularidad de las redes sociales ha creado un fenómeno nuevo, la compra de seguidores. Ahora quienes quieren hacer crecer su número de seguidores de forma rápida y barata puede hacerlo simplemente comprando seguidores e incluso también likes y otras interacciones. De hecho, muchos influencers y famosos lograron el éxito con un poco de ayuda de estos polémicos servicios. ¿Los conocemos?
Seguidores reales y bots
Lo primero que debes saber es que al comprar seguidores para tus cuentas en redes sociales, estás comprando siempre bots. Los bots son cuentas falsas, que fueron creadas sólo para ser vendidas como seguidores. Muchas empresas prometen entregar seguidores reales, pero lo cierto es que siempre dan bots.
Lo malo de los bots es que, como no son usuarios reales, están inactivos. No estarán interesados en tu cuenta y no generarán actividad. Para peor, es posible que luego de un tiempo algunos de ellos desaparezcan. A pesar de estas desventajas, la gente no deja de comprarlos. Y curiosamente incluso famosos e influencers los compran habitualmente para impulsar sus cuentas.
Esto se debe a que, aunque no generen actividad, es posible comprar actividad por separado. Es decir que es posible comprar, por ejemplo, likes de Instagram para tu cuenta. Además, aunque no sean reales, sirven para impulsar tu cuenta. Cuantos más seguidores tienes, reales o no, más alto aparecerás en los resultados de búsqueda de Google e Instagram. Y tus publicaciones serán mostradas a más usuarios.
Cómo comprar seguidores
Otro factor que hace atractiva la compra de seguidores es que son muy baratos. Por ejemplo, en comprar seguidores Instagram, se ofrecen 1.000 seguidores por $10, y 100.000 por $590. Obtener esos seguidores orgánicamente puede tomar años, y lograrlos con publicidad paga cuesta varios miles de dólares.
Como vemos en ese sitio web, el proceso de compra es sencillo. Hay que elegir la cantidad que deseamos, colocar el nombre de usuario y hacer el pago. Lo fácil que es falsificar nuestra popularidad con actividad ficticia es sorprendente.
¿Oportunidad o acción poco ética?
De modo que la compra de seguidores se ha convertido en un “atajo” que les permite escalar posiciones en el mundo de las redes sociales. Incluso algunos jóvenes ambiciosos se han convertido en influencers y viven de sus cuentas en Instagram o YouTube gracias a estas prácticas.
A pesar de que con justa razón muchos consideran el comprar seguidores algo poco ético, lo cierto es que aún no existen leyes que lo prohíban. La compra sí viola los términos de uso de las plataformas como Instagram, pero no resulta en penalizaciones de ninguna clase. Esto es así porque, si Instagram decidiera penalizar cuentas que han recibido seguidores falsos, bastaría que le comprásemos seguidores a cualquier cuenta para provocarle un daño. La política causaría más daño que beneficio.
Marcas y anunciantes están cada vez más sobre aviso acerca de la compra de seguidores y los falsos influencers. Como no desean perder inversión publicitando a bots, es probable que implementen cada vez mejores maneras de detectar la compra de seguidores.