La historia reconoce a un farmacéutico estadounidense como el creador de la Coca-Cola en 1886. Sin embargo, lo que no se menciona es que seis años antes, en Aielo de Malferit, un pequeño pueblo valenciano en España, se inventó un jarabe con un asombroso parecido: la Nuez de Cola Coca. La gran multinacional acabaría viajando hasta allí para adquirir la patente.
Un jarabe con historia y una destilería innovadora
La bebida, que aún se produce, compartía además un sabor similar (aunque más intenso), el mismo color y la misma base: nuez de kola y hojas de coca peruanas. Originalmente se conocía como Anís Celestial y se etiquetaba como jarabe de la Fábrica de Licores de Aielo.
En 1880, tres amigos del pueblo, Bautista Aparici, Ricardo Sanz y Enrique Ortiz, fundaron una destilería innovadora que suministraría a la Casa Real y les otorgaría numerosos galardones de oro y distinciones internacionales por la creatividad de sus licores: perfecto amor, placer de damas, lágrimas de contribuyente o leche de vieja, un dulce ponche con notas de canela y limón.
Expansión y viajes a Estados Unidos
Entre otros muchos eventos, participaron en la Exposición Universal de París de 1889, coincidiendo con la inauguración de la Torre Eiffel, y en un certamen de bebidas en Filadelfia en 1885, un año antes del nacimiento oficial de la Coca-Cola.
Según comenta Juan Juan Micó, actual propietario de la fábrica:
Aparici viajaba mucho a Estados Unidos para abrir mercados. En esa época una plaga acabó con nuestras viñas y él trajo una vid más resistente que todavía utilizamos, la americana. A cambio, iba dejando botellas de Nuez de Cola Coca.
Hasta aquí, el vínculo entre Aielo y América se difumina. Un año después, en 1886, un farmacéutico de Atlanta, John Pemberton, buscaba crear un brebaje medicinal a partir de una mezcla de hojas de coca y semillas de kola.
Inicialmente lo llamó Wine Coca (vino de coca), antes de que su contador sugiriera el nombre de Coca-Cola y se convirtiera en un fenómeno mundial.
Los habitantes de Aielo de Malferit no aceptan del todo esa versión, y de hecho, consideran que la bebida tiene un origen valenciano. Según el pueblo, con orgullo, son la cuna de dos prodigios: el refresco más famoso del mundo y la voz más extraordinaria, Nino Bravo. Ambos tienen su propio museo.
La adquisición de la patente
Según Toni Barber, historiador del pueblo:
La Nuez de Cola Coca era un jarabe, como lo demuestran las primeras etiquetas y también el Diploma de Mérito Extraordinario obtenido en Londres en 1882. ¿Coincidencia? Estas cosas suceden cuando no se registran los productos a tiempo. Antes, no se registraba un producto hasta comprobar que era aceptado, por lo que la Nuez se registró como licor en 1903.
Mientras Coca-Cola triunfaba en Estados Unidos, la fábrica de licores de Aielo pasaba por diferentes manos hasta el inicio de la Guerra Civil española, cuando fue ocupada. La producción continuó durante y después del conflicto, aunque a menor escala debido a la falta de materias primas y la difícil situación de la posguerra.
Años después, en 1953, ambas bebidas se cruzarían nuevamente. Coca-Cola, en plena expansión de mercados, llegó a España, pero allí se enfrentó a un obstáculo: una bebida con un nombre similar y la misma base que, según las leyes españolas, impedía su comercialización para evitar confusiones: la Nuez de Cola Coca.
Los representantes de la compañía estadounidense no tuvieron otra opción que acercarse a Aielo de Malferit y comprar la patente. En pocos años, «la chispa de la vida» inundó toda la península.
La Nuez de Cola Coca y su legado
La Nuez de Cola Coca continuó produciéndose, pero con alcohol. A pesar de todo, la fábrica de licores de Aielo, una de las más antiguas de España, sigue en pie. En sus paredes cuelgan las medallas y diplomas de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando era un referente de innovación.
Hoy en día, los licores se siguen elaborando de forma artesanal. La leche de vieja, el placer de damas y la propia nuez se despachan en bodas o eventos especiales como auténticas rarezas.
Allí, alrededor de una mesa, los invitados brindan con una misteriosa bebida negra y dulce que les recuerda algo. Entonces, alguien comienza una historia que parece una leyenda:
¿Sabíais que la Coca-Cola nació en un pueblo de Valencia?.