Lo que deberías saber antes de rescatar a un pájaro caído del nido

Si nos encontramos con un ave que parece haberse desprendido de su nido, a menudo lo primero que nos viene a la mente es socorrerla. Sin embargo, algunas de nuestras bien intencionadas acciones podrían ser contraproducentes. Entonces, ¿qué deberíamos hacer en estas situaciones?

En este tiempo, es bastante común encontrar a estas aves desvalidas y es natural que surja el impulso de auxiliarlas. Es un acto de bondad que nos honra, aunque a veces, incluso con nuestras mejores intenciones, podríamos perjudicarlas. De hecho, estamos interviniendo en procesos naturales que normalmente se resuelven sin nuestra ayuda. Solo en contadas ocasiones es necesario intervenir, y a veces resulta complicado identificar cuándo es necesario hacerlo.





La organización SEO Birdlife aconseja primero determinar en qué etapa de crecimiento se encuentra el ave. Si aún no tiene plumas, no puede brincar y emite chillidos desesperados, es posible que sea un ave que se ha desprendido del nido demasiado pronto. Sin embargo, si ya tiene plumas y, aunque aún no puede volar, puede saltar, estamos hablando de lo que se conoce como pollos volantones.

Si recogemos a estos pollos volantones y los trasladamos a otro sitio, podríamos causarles más daño que bien. Por otro lado, los polluelos recién nacidos sí podrían necesitar algo de asistencia, aunque no del tipo que solemos dar. Entonces, veamos qué se debe hacer si nos encontramos con aves que parecen haberse desprendido de su nido antes de tiempo.

Aves desprendidas del nido demasiado temprano

Si aún no tienen plumas ni capacidad para saltar, debemos observar los alrededores. Si detectamos el nido, podemos devolverlos a este. Si no logramos encontrar el nido, lo más aconsejable es llevar el polluelo a un centro de rescate. Si no sabemos de ninguno, podemos llamar a la Seprona (en España) o a la policía local. Ellos sabrán cómo proceder.

¿Qué hacemos con los pollos volantones?

Podría parecer que el nido es el lugar más seguro para un polluelo. Sin embargo, por más que sus padres intenten protegerlos, en el nido están más expuestos a los depredadores. Es por eso que, tan pronto como pueden, suelen brincar al suelo, donde pueden esconderse entre la hierba. Lo hacen cuando ya tienen plumas, pueden saltar y están listos para empezar a practicar el vuelo. Estos son los pollos volantones y aunque aún no pueden alimentarse adecuadamente por sí mismos, eso no es un problema, ya que sus padres, aunque no los veamos, están cerca y se encargan de proveerles la comida que necesitan.

Por lo tanto, si vemos a un pollo volantón, lo mejor es dejarlo donde está. Si se encuentra en un lugar donde hay depredadores que podrían hacerle daño, podemos moverlo un poco para trasladarlo a un lugar seguro, pero no muy lejos, ya que en ese caso sus padres no podrán encontrarlo. Nuevamente, si no sabemos qué hacer, lo mejor es llamar a un centro especializado.

Los vencejos son un caso aparte

Los vencejos son aves que nunca aterrizan. Sus patas son tan cortas que no pueden despegar desde el suelo, por lo que, una vez que abandonan el nido, llevan a cabo todas sus actividades en el aire, incluso dormir y reproducirse. Por lo tanto, si encontramos a uno en el suelo, es que algo le ha sucedido. Puede ser un ave que se ha desprendido del nido o un individuo adulto que ha caído debido a alguna lesión o enfermedad.

Los vencejos son un caso aparte
Los vencejos pasan la mayor parte de su vida en el aire: comen, duermen y copulan volando. Únicamente se posan para poner los huevos, incubarlos y criar a sus polluelos.

A diferencia de otras aves que se han desprendido de sus nidos, sus padres nunca descenderán al suelo para alimentarlos, ya que son incapaces de hacerlo. Por lo tanto, aunque tenga plumas, es necesario intervenir . Lo primero que podemos intentar es colocarlo sobre la palma de nuestra mano y levantarla, sin empujarlo ni lanzarlo. Si logra volar, el problema estaría resuelto. Si no, nuevamente debemos llamar a un centro de rescate para que se haga cargo de él.

Mitologías sobre la alimentación de aves desprendidas del nido

Muchas personas deciden alimentar por sí mismas a las aves que se han desprendido del nido, con toda la buena intención. Se tiende a ofrecerles pan mojado o galletas e incluso leche. Estas son todas pésimas ideas. Los polluelos no pueden digerir la leche, lo que podría resultar fatal. En cuanto al pan o las galletas, sí pueden comerlos, pero también necesitan proteínas. Estos alimentos son principalmente carbohidratos, por lo que podríamos causarles desnutrición.

Además, al darles agua debemos tener mucho cuidado, ya que si esta cae sobre su pico podría ingresar a sus fosas nasales y ahogarlos. Los expertos en alimentación de aves saben cómo hacerlo, pero nosotros podríamos cometer un error. Además, estas criaturas asocian rápidamente la comida con los seres humanos, por lo que, si no se hace correctamente, luego podrían ser incapaces de alimentarse en libertad.

Por todo lo anterior, si nos encontramos en una situación en la que no basta con dejar a la ave desprendida del nido donde la encontramos, siempre debemos llevarla a un centro de rescate. Para ello, la mejor opción es introducirla en una caja oscura, con orificios para que pueda respirar, y tratar de manipularla lo menos posible para no dañar las plumas en desarrollo.

A menudo escuchamos que la naturaleza es sabia, y esto no es un simple cliché. Por lo general, los animales saben cómo manejarse muy bien sin nuestra ayuda. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, lo mejor es que nos limitemos a ser simples observadores.

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